jueves, 5 de febrero de 2009

Cold War Commander: moldes para vehículos


Tras un par de tardes de trabajo, por fin puedo enseñaros los resultados de los moldes que he hecho para los vehículos soviéticos que compré.


Os presento a los moldes:



De izquierda a derecha, T-62, T-72 y un popurrí que va desde BPM-1 hasta ZSU-24/4, pasando por un BTR-60, un BDRM-2, un SA-9, un SAU-122 y un Ural. Este último molde podéis verlo con más detalle a continuación:


Son los primeros moldes que hago, sea para 6mm o para cualquier otra escala. Los dos pequeños han salido bien, pero el tercero se me resistió (tuve que preparar silicona otras dos veces para completarlo porque me quedé corto al principio) y eso parece que no le sienta muy bien a estos inventos. Así que primera cosa aprendida: mejor que sobre un poco de silicona con catalizador a que te quedes corto y se te vaya al garete un molde. En mi caso tuve suerte y todas las piezas se pueden utilizar excepto el SAU-122: en esa zona la silicona no fraguó correctamente y ahora parece chicle. Pero el resto del molde está perfecto.

De todas maneras, cuando haga más moldes creo que haré una sola pieza de silicona para cada vehículo: no te la juegas tanto al hacer los moldes. Éste es el del T-72 visto más de cerca:


Se puede apreciar con claridad cuál es el hueco del chasis y cuál el de la torreta. El cañón en sí no se ve porque está por debajo del nivel de la silicona, en la cual he hecho un corte. A la hora de rellenar el molde basta con abrir ese corte, verter resina en el hueco del cañón, comprobar que quede bien relleno y soltar: la silicona vuelve sola a su ser, respetando el hueco del cañón, y el corte es virtualmente imperceptible. La ranurilla de la derecha arriba es el molde de una pequeña matriz donde vienen tres ametralladoras, que van pegadas a la torreta.

Bueno, me imagino que os apetece ver el resultado. Aquí van un T-72 y un T-62, con sus correspondientes torretas (la del T-72 se ha quedado un poco corta y la del T-62 tiene algún pequeño defecto) y las ametralladoras (sólo ha salido bien una de las tres que componen la matriz).



Un primer plano del T-62:


Bueno, conclusiones.

Hay que hacer muy pocos tanques de una vez (creo que dos es el número óptimo), porque al ser moldes tan pequeños hay que tener bastante cuidado con que la resina entre bien en los huecos de los cañones, que no se quede en los laterales del molde, etc. Cuando vierto la resina repaso con un cubierto de plástico todos los bordes y los sitios donde hay más recovecos y, por tanto, más posibilidad de que se acumulen burbujas. Así retiro esas burbujas y empujo la resina para que entre bien por todos lados. Cuanto más meticuloso seas en este aspecto, mejor quedará el clon. Os lo aseguro: yo he hecho una primera tirada de todos los vehículos a la vez y casi ninguno ha salido decente. Sin embargo en el segundo intento he preparado muy, muy poca resina que me ha dado para el T-62 y el T-72, he repasado todos los huecos y desde luego han salido mucho mejor.

Otra conclusión más. Hace una hora que he sacado los tanques que veis en las fotos y los cañones no son rígidos, sino un pelín flexibles. Lo justo como para que no se rompan al caerse (he hecho el experimento sin querer, jeje). Quizá mañana estén más rígidos, ya veremos.

Por lo demás, creo que hemos tenido éxito y podremos sacar clones de una calidad bastante razonable.

¿Merece la pena la inversión en silicona y resina (40 y pico euros las dos cosas) y en tiempo (una tarde para preparar los moldes, más un día de curado de éstos, más el colado de resina)? Hombre, en cuanto al tiempo, teniendo en cuenta que ahora puedo sacar copias de vehículos que me pueden servir para un buen puñado de ejércitos, merece la pena. En cuanto a la inversión económica, creo que también merece la pena ya que no lo compramos sólo para este proyecto, sino para muchas otras cosas. Así que en definitiva creo que sí, que merece la pena. Es un poco coñazo andar preparando los moldes, para qué mentiros, pero ya veréis, ya, cuando ponga en formación mis regimientos acorazados...

Ah, una cosa más. He comprado una bolsa de infantería de NavWar para darle una oportunidad a esta marca, que luego no se diga... He tenido suerte: sólo he visto defectos en una de las miniaturas.

No quiero acabar esta entrada sin mencionar a ElThain, Maestro Clonador de Ars Ludica y Mentor de la Réplica Alquímica para un servidor. Gracias por tus buenos consejos, majo! La mitad del éxito de este proyecto es tuyo. Te debo una compañía de tanques, jeje.

Y ahora, a seguir pintando paracas.

lunes, 2 de febrero de 2009

Flames of War: US Paracas


Tengo preparada para pintar una nueva remesa de paracaidistas norteamericanos, listos ellos para que les aplique el pincel:



Es la segunda vez que utilizo el aerógrafo para imprimar, y he aprendido algunos pequeños trucos ya. Creo que es muy importante imprimar en varias capas finas. La pintura que uso para imprimar (Vallejo Model Color) es más débil a los roces que una imprimación de verdad, y en la primera tanda de paracas muchos de ellos perdían en las zonas más sobresalientes esta capa inicial. Nada preocupante que no se pudiera arreglar luego pintando un par de capas a pincel. Pero esta vez he preferido ser paciente y dar unas cuatro capas muy ligeras de aerógrafo a cada miniatura. He trasteado un poco con ellas protegiéndolas con espuma para su transporte (cosa que a mi primera tanda le habría causado más de un desconchón) y han aguantado estupendamente.

Para imprimar he usado el Green Brown de Vallejo, que es color que llevan los uniformes de los paracaidistas. Si fueras a pintar por ejemplo soldados británicos, lo suyo sería usar Uniforme Inglés. Y si fueras a pintar fanáticos celtas, deberías hacer lo propio con un color carne.

¿Merece la pena usar el aerógrafo para imprimar? En mi opinión sí: es mucho el tiempo que me ahorro al no tener que pintar los uniformes. Eso sí: si tienes muchas miniaturas que imprimar. Esta tanda es de 36 miniaturas, cuando yo suelo pintar unas veinte a la vez. Si tienes poco que imprimar, quizá no te merezca la pena preparar el aerógrafo y luego limpiarlo.


Es la primera vez también que utilizo depresores para portar las miniaturas. Los depresores, como ya sabéis, son esos palitos anchos, largos y delgados que usa el médico para vernos las anginas. Les pones cinta de doble cara, pegas las miniaturas a un intervalo suficiente para poder trabajar con comodidad sobre cada una de ellas de manera independiente y a correr. Ah, es aconsejable, creo yo, dejar ambos extremos del depresor libres de cinta de doble cara para poder manipularlo bien: yo sólo lo hice en una de las puntas y tuve alguna pequeña dificultad porque se me pegaba el guante al depresor.

(Sobre los depresores, deciros que una caja de 100 unidades de madera me costó en la farmacia de al lado de casa menos de 4 euros. Estamos estudiando la posibilidad de sacarles partido también para algún elemento de escenografía, a ver si llegamos a buen puerto. Y otro dato interesante: en la farmacia me dijeron que existen también depresores de plástico. Hummmmm.... ¿Plasticard de venta en farmacias? Habrá que investigar.)

Volviendo a los paracas (aparte de confesar que no soy nada original y se me cae la baba con Hermanos de Sangre), iré comentando mi progreso con ellos. Os adelanto dos cosas: que uso la técnica del betún de judea y que en su día la cagué con uno de los colores, pero sigo adelante sin pestañear (pa que no se note, más que nada, jeje): para pintar los correajes, mochila, etc. de los paracas una de las opciones recomendadas es el Green Grey de Vallejo pero la dislexia me jugó una mala pasada y vengo usando el Grey Green. O era al revés, jeje. El caso, que mis chavalotes de Toccoa llevan la mochila un poco más oscura que el resto de la 101, pero el resultado no me disgusta.

Las miniaturas son de Battlefront y la pintura de Vallejo.